lunes

Gordon B. Hinckley

“Estoy convencido de que un matrimonio feliz no se logra tanto a base de romanticismo sino de interés verdadero por el bienestar del compañero.
“El egoísmo es a menudo la base de los problemas económicos, que son serios y que afectan de manera visible la estabilidad de la familia. El egoísmo es la raíz del adulterio, la desobediencia a los convenios sagrados que se han hecho, y todo por satisfacer la lujuria. El egoísmo es lo contrario del amor; es el cáncer de la codicia; destruye la autodisciplina, destruye la lealtad, desbarata los convenios sagrados. Y ni los hombres ni las mujeres son inmunes a él.
“Demasiadas son las personas que llegan al matrimonio habiendo sido malcriadas y consentidas, pensando que todo debe andar perfectamente bien en todo momento, que la vida es una serie de entretenimientos y que las pasiones deben satisfacerse aun sacrificando principios. ¡Qué trágicas son las consecuencias de esas ideas superficiales y poco razonables!”
(Gordon B. Hinckley Liahona, julio de 1991, págs. 79–80).

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