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jueves

Bruce R. McConkie

"Uno de los ejemplos más lamentables de mala interpretación y de conocimiento equivocado, de lo que de otra manera sería un concepto glorioso, es el error común de creer que hubo dos planes de salvación; que el Padre (supuestamente sin saber qué hacer) solicitó a los demás que propusieran un plan; que Jesucristo expuso el suyo, el cual incluía el libre albedrío del hombre, y Lucifer, uno que lo anulaba; que el Padre eligió entre los dos; y que al ver rechazado su plan, Lucifer se rebeló y como consecuencia se desató una guerra en los cielos.
"Aun un conocimiento superficial de todo el plan asegura a las personas que son perspicaces en lo espiritual que todo se centra en el Padre; que El ideó el plan para la salvación de sus hijos, incluyendo a Jesucristo; que ni Jesucristo ni Lucifer podrían por sí mismos salvar a nadie. Como Jesús dijo: 'No puede el Hijo hacer nada por sí mismo ...No puedo yo hacer nada por mí mismo'(Juan 5:19,30).
"Por supuesto, a veces en cierto sentido nos referimos a los cambios que Lucifer propuso hacer en el plan del Padre como al plan de Lucifer, y de la misma manera que Cristo adoptó el plan del Padre como suyo. Pero lo que básicamente importa al respecto es saber que el poder de salvación es del Padre, y que El originó, ordenó, creó y estableció su propio plan; que lo anunció a sus hijos; y que luego pidió un voluntario para ser el Redentor, el Rescatador, el Mesías, quien pondría en ejecución eterna el plan sempiterno del Padre."
(Bruce R.McConkie, The Mortal Messiah)

Bruce R. McConkie

"Antes de que esta tierra se convierta en un lugar digno del Santo [de Israel], se debe limpiar y purificar. Se debe destruir a los inicuos; la paz debe reemplazar a la guerra; y la malvada imaginación que mora en el corazón del hombre debe dar paso a deseos de rectitud. ¿Cómo pasará todo eso? De dos maneras: (1) Por medio de plagas y pestilencias, guerras y desolación. Los inicuos exterminarán a los inicuos como sucedió con los nefitas y lamanitas cuando se extinguió la nación nefita. Las plagas barrerán la tierra de la misma forma en que la peste negra arrasó Asia y Europa en el siglo catorce. Los cadáveres de los muertos se apilarán en número sin fin para descomponerse, podrirse y llenar la tierra de hedor. (2) Luego, cuando El llegue, la viña será quemada. Los malvados que hayan quedado serán consumidos."
(Bruce R. McConkie, The Millennial Messiah.)

lunes

Bruce R. McConkie

• "La obediencia es la primera ley de los cielos, la piedra angular sobre la cual descansan toda la rectitud y el progreso; y consiste en vivir de acuerdo con la ley divina, en avenirse a la voluntad de la Deidad, en completa sumisión a Dios y a sus mandamientos."
• "Cristo mismo sentó el ejemplo perfecto de obediencia para todos sus hermanos. Para dar el ejemplo se bautizó con el fin de testificar 'al Padre que le sería obediente en observar sus mandamientos' (2 Nefi 31:7). Su obediencia fue perfecta en todo sentido. Como Pablo escribió: 'Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen' (Hebreos 5:8-9)."
(Bruce R. McConkie, Mormon Doctrine)

martes

Bruce R. McConkie

Desde el instante en que nacemos en esta vida terrenal, hasta el momento en que contraemos matrimonio en el templo, todo lo que tenemos dentro del sistema del Evangelio tiene como fin prepararnos y capacitarnos para entrar en ese sagrado orden del matrimonio que nos convierte en marido y mujer en esta vida y en el mundo venidero. “Entonces, desde el momento en que somos sellados por el poder y la autoridad del santo sacerdocio… todo lo que se relaciona con la religión revelada tiene como objeto ayudarnos a guardar los requisitos y las condiciones de nuestro convenio matrimonial, a fin de que éste tenga eficacia, virtud y fuerza en la vida venidera. “Por consiguiente, el matrimonio celestial es la ordenanza suprema del Evangelio... y es por eso que la unidad familiar es la organización más importante en esta vida y en la eternidad. “Por tanto, debemos tener más interés y preocupación por nuestra familia que por cualquier otra cosa en la vida... “No hay nada tan importante en este mundo como la creación y la perfección de las unidades familiares” (“La salvación es un asunto de familia”, Liahona, noviembre de 1970).

lunes

Bruce R. McConkie

"Aquellos de nosotros que poseemos el sacerdocio somos los agentes del Señor. Somos sus representantes. Nos encontramos en su lugar. Se nos ha designado para realizar lo que El desea que se haga. Debemos hacer lo que El haría si estuviera personalmente ejerciendo su ministerio entre los hombres. Los agentes reciben su poder y autoridad de su jefe o administrador; ellos están autorizados para hacer lo que él desee que se haga. Ningún poder tienen ellos de sí mismos. Lo mismo sucede con nosotros. Somos los agentes y siervos del Señor, y El nos ha autorizado para hacer ciertas cosas por El y en su nombre. El Señor Jesús es nuestro modelo"
(Bruce R. McConkie,Conference de Area, La Paz, Bolivia , Marzo de 1977).

Bruce R. McConkie

"La fe que conduce a la vida y la salvación se centra en Cristo. No existe la salvación tan sólo en el principio general de la fe, esa causa que mueve a la acción y que hace que el granjero siembre la semilla con la esperanza de obtener el grano deseado. Pero sí existe esa fe que conduce a la salvación cuando nuestra esperanza se centra en Cristo. El Profeta explicó que 'se necesitan tres cosas a fin de que cualquier ser inteligente y racional ejerza fe en Dios para obtener vida eterna y salvación'. Luego las enumeró de la siguiente manera: Primero, 'la idea de que Dios realmente existe'; segundo, 'la idea correcta de su carácter, perfección y atributos'; y tercero, 'saber que el curso de vida que seguimos está de acuerdo con la voluntad de Dios'
(Bruce R. McConkie, Mormon Doctrine, pág. 262.)

sábado

Bruce R. McConkie

"Por El, por medio de El, y por motivo de El, nosotros y todos los hombres tenemos una esperanza de paz en esta vida y gloria eterna en la vida venidera. El es nuestra esperanza. Sin El no habría esperanza de la inmortalidad, de la vida eterna, de la continuidad de la unidad familiar, del progreso eterno, de la exaltación, no habría esperanza de ninguna cosa buena. Todas las esperanzas de todos los justos que han vivido en cualquier época se concentran en El. '¡Oh Jehová, esperanza de Israel! todos los que te dejan serán avergonzados; y los que se apartan de mí serán escritos en el polvo, porque dejaron a Jehová, manantial de aguas vivas'.
" 'Porque en esperanza fuimos salvos', y Pablo dijo 'la promesa de la vida. . . es en Cristo Jesús'. Los justos pasan su vida aguardando 'la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo"
(Bruce R. McConkie, The Promised Messiah, págs. 183-184).

Bruce R. McConkie

"La primera gran revelación que recibe cualquier persona se llama un testimonio del evangelio. Un testimonio presupone recibir una revelación. Se podrá estudiar el evangelio a fondo y llegar a la conclusión, desde un punto de vista intelectual, de que es verdadero, pero si eso es todo lo que se hace, en verdad no se tiene un testimonio, y eso podrá ser útil; es posible que de esta manera uno vaya bien encaminado con respecto a la meditación y al análisis de la materia; podrá motivarle a realizar aquello que hará que el Espíritu Santo le hable y le dé un testimonio. La razón no debe degradarse; debemos usar todo el razonamiento, juicio, sentido y sabiduría que podamos obtener. Pero solamente es un estado preparatorio; lo único que hace es abrir la puerta; el testimonio final se recibe solamente del Espíritu Santo; y cuando El habla, sabemos con toda certeza que el evangelio es verdadero. En ese instante decimos que hemos ganado un testimonio. Por definición, un testimonio significa que el Espíritu Santo nos revela que Jesús es el Cristo, que José Smith es un profeta de Dios y que esta Iglesia, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, es el reino de Dios sobre la tierra; el único lugar donde se encuentran el poder y la autoridad, el conocimiento y la doctrina que nos guiarán a la morada celestial."
(Bruce R. McConkie Discurso dado en el Instituto de Religión de la Universidad de Utah, 22 de Enero de 1971)

viernes

Bruce R. McConkie

"Nos corresponde el derecho de orar y se espera que lo hagamos por todas las cosas que realmente necesitamos, ya sea que se trate de elementos temporales o espirituales. No poseemos, sin embargo, el derecho de peticiones ilimitadas; nuestros pedidos deben basarse en la equidad. 'Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites'. . . "Es evidente que tenemos que orar por todo lo que debemos tener en justicia y en sabiduría. Ciertamente debemos orar por un testimonio, por revelaciones y todos los dones del Espíritu, incluso el cumplimiento de la promesa que se encuentra en Doctrina y Convenios sección 93:1, de buscar la faz del Señor. Pero, por encima de todas las demás peticiones, debemos rogar por la vida eterna en el mundo venidero."
(Bruce R. McConkie La oración, págs. 13-14.)

miércoles

Bruce R. McConkie

"Cada uno de nosotros en particular está en deuda con los misioneros que nos transmitieron el evangelio o que lo llevaron a nuestros antepasados. Muchos de nosotros debemos más a estos misioneros, que lo que podamos deber a cualquier otra persona. Nosotros recibimos por ellos la perla de gran precio. Tenemos la obligación de restituir la deuda; una de las mejores formas en que podemos hacerlo es la de salir nosotros mismos como misioneros, o bien, emplear nuestros talentos y nuestros medios, para cerciorarnos de que otros hijos de nuestro Padre, tengan la oportunidad de recibir lo que ha sido restaurado en esta época"

Bruce R. McConkie

De modo que los que crean en Dios pueden esperar con seguridad un mundo mejor, si, un lugar a la diestra de Dios y esta esperanza viene por la fe, proporciona un ancla a las almas de los hombres y los hace seguros y firmes, abundando siempre en buenas obras, siendo impulsados a glorificar a Dios." Entonces Moroni explicó que "la fe es las cosas que se esperan y no se ven," y dijo que Cristo se había revelado a los hombres, "para que puedan tener esperanza en las cosas que no han visto.
Por lo tanto vosotros también podéis tener esperanza y participar del don, si tan solo tenéis fe." La esperanza es pues, uno de los dones del Espíritu.