jueves

David o. McKay

"Por medio de esta revelación [Abraham 3:23], podemos deducir dos cosas: primero, que entre esos espíritus [en la vida premortal] había diferentes
niveles de inteligencia, varios estados de progreso, y distintos niveles de avance espiritual; segundo, que no había diferencias de nacionalidad entre ellos, tales como americanos, europeos, asiáticos, australianos,etc. Estos 'límites de habitación' se 'prefijarían' cuando los espíritus entraran al segundo estado, o sea a la existencia terrenal...
"Si a ninguno de esos espíritus se le hubiera permitido entrar en la mortalidad hasta que todos hubieran sido buenos y grandes y hubieran llegado a líderes, entonces la diversidad de condiciones que reinaría entre los hijos de los hombres, como la que vemos en la actualidad, ciertamente parecería indicar discriminación e injusticia...
"...Nuestra posición en el mundo, por lo tanto, se determinó de acuerdo con nuestro adelanto o condición en el estado premorta!, de la misma manera que nuestra posición en nuestra existencia futura la determinará lo que hagamos aquí en la mortalidad.
"Por consiguiente, cuando el Creador les dijo a Abraham y a otros que habían logrado una condición similar: 'os haré mis gobernantes', no había lugar para que existiera ningún sentimiento de envidia o celos entre los otros millones de espíritus, porque los que eran 'nobles y grandes' no estaban recibiendo más que su debida recompensa."
(David O. McKay, Home Memories of President David O. McKay)

No hay comentarios: