
El Salvador nos enseñó que aun cuando un hombre mira a una mujer para codiciarla o, en otras palabras, cuando no controla sus pensamientos, ya está cometiendo adulterio con ella en su corazón…
“…Si están casados, eviten toda clase de coqueteo…
“…Si están casados, eviten estar a solas con miembros del sexo opuesto siempre que sea posible. Muchas de las tragedias sexuales comienzan cuando un hombre y una mujer están solos en una oficina, o en la capilla, o conduciendo un automóvil. Es muy posible que al principio no haya intento alguno o ni siquiera la idea de cometer un pecado, pero las circunstancias proporcionan un campo fértil para que germine la semilla de la tentación… Es mucho más fácil evitar este tipo de circunstancias desde el principio a fin de que la tentación no encuentre lugar donde florecer” (Ezra Taft Benson Liahona, octubre de 1988, pág. 39).
No hay comentarios:
Publicar un comentario