lunes

Harold B. Lee

"Consideremos por un momento el primer matrimonio que se llevó a cabo en la tierra después de que ésta se organizara. Se había creado a Adán, el primer hombre, así como a las bestias, las aves y a todo ser viviente sobre la tierra. Se encuentra registrado lo siguiente: 'Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le daré ayuda idónea para él'. Después que el Señor formó a Eva, 'la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne'. Indudablemente el significado de estas palabras es sumamente claro. Muy probablemente fueron las palabras que dijo Adán al pronunciar las promesas solemnes del primer matrimonio sobre esta tierra. Al fin de ese casamiento, el Señor les mandó: 'Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla'. He aquí un matrimonio que el Señor efectuó entre dos seres inmortales, porque antes de que el pecado entrara a la tierra sus cuerpos no se encontraban sujetos a la muerte. El los hizo uno solo, no solamente por esta vida, ni por un período definido, sino que serían uno por las generaciones eternas."
(Harold B. Lee, Decisions for Successful Living, pág. 125.)

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