Ayunar periódicamente nos ayuda a aclarar las ideas y fortalecer el cuerpo y el espíritu. La forma más común de ayunar, la que debemos realizar el domingo de testimonios, consiste en pasar veinticuatro horas sin comer ni beber. Hay quienes han sentido la necesidad de ayunar por más tiempo, absteniéndose de comer pero bebiendo lo necesario. Es preciso usar sentido común en esto; y el ayuno debe terminarse con una comida liviana. Para hacerlo más fructífero, debe ir unido a la oración y la meditación; el trabajo debe reducirse al mínimo, y se convierte en una bendición cuando podemos estudiar las Escrituras y el motivo por el cual ayunamos."
(Ezra Taft Benson, "No [os] desesperéis", Liahona, Feb. de 1975)
(Ezra Taft Benson, "No [os] desesperéis", Liahona, Feb. de 1975)
No hay comentarios:
Publicar un comentario