"Solamente los fieles recibirán la recompensa que el Señor prometió, o sea, la vida eterna, ya que nadie puede recibirla sin llegar a ser 'hacedor de la palabra' y valeroso y obediente a los mandamientos del Señor. Y nadie puede ser hacedor de la palabra sin llegar primero a ser oidor. Y no se llega a ser oidor permaneciendo ociosamente a la espera de migajas de información y conocimiento que puedan recibirse por casualidad; hay que investigar, estudiar, orar y comprender"
(Liahona, septiembre de 1976, pág. 1).
(Liahona, septiembre de 1976, pág. 1).
No hay comentarios:
Publicar un comentario